Las palabras intraducibles no existen
Traducción automática: preguntas y respuestas
Dos pecados que un traductor profesional nunca debe cometer
Técnica de meditación zentraductológica para el traductor en ciernes
La falacia del traductor invisible (o las aventuras del camaleón pixelado)
Cinco consejos fundamentales para encontrar trabajo como traductor (en Chile)
Por qué los buenos traductores suelen (y deben) ser correctores de estilo y ortotipografía
Recursos imprescindibles, prácticos y entrañables para correctores de estilo y traductores
Jóvenes de hoy y de ayer: cómo traducir textos de astronomía sin deformar el espacio-tiempo
Sin rueditas: mi primera vez como intérprete simultáneo
Orgías ortotipográficas en el mundo de los obsesivos compulsivos
De cuentos que me apasionaron y traducciones que me decepcionaron
Lo que no te dijeron cuando te enseñaron a traducir
Amores y desamores de un traductor profesional con macOS
El español de Chile
Claves de la gramática inglesa: cuando los gerundios no son gerundios y los editores no son editores
Del encajador de palabras al fiador de texto: ojo con las trampas de la industria de la traducción
Traducción automática: crónica de una profecía autocumplida
¿«Maler les vinges» por «amalar el noema»? Traducción del glíglico del capítulo 68 de Rayuela
Del sólo al solo: crónica de mis tormentos ortográficos